Jueves 7 de mayo de 2009
Una vacuna es una sustancia compuesta por antígenos que desencadenan la formación de anticuerpos en el organismo, para que éste desarrolle una respuesta inmune. Estos antígenos cuentan con fragmentos del germen o microorganismo de la enfermedad que busca tratarse, como bacterias o virus, en un proceso llamado inoculación.Actualmente existen vacunas contra la influenza, no obstante las mutaciones que crean nuevas cepas del virus que la provoca, obliga al desarrollo de combinaciones distintas en éstas.La obtención del patógeno emergente, en este caso el AH1N1, para la selección de la cepa que se analizará, es el primer paso para la obtención de la vacuna.“Posteriormente se toman muestras de la cepa y se inyectan en huevos embrionados de pollo para multiplicarlos, de éste pueden salir de dos a cinco dosis de vacuna”, explicó Susana López, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM.Después de este procedimiento —añadió— el virus se purifica para quitar las células del embrión de pollo; acto seguido el virus se inactiva, inocua, para evitar su infección. “El siguiente paso de la futura vacuna tiene que pasar por controles de calidad para comprobar su potencialidad —su eficacia en la creación de anticuerpos en el sistema inmunológico—”, dijo la especialista en virología molecular.De acuerdo con Yolanda López Vidal, investigadora del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina, este es el paso que puede llevar más tiempo en el proceso.“Debe comprobarse que las capacidades de réplica y respuesta inmunológica sean óptimas”, dijo.Posteriormente, puntualizaron las universitarias, se lleva a cabo una segunda fase de inocuidad de la vacuna y garantizar que no cause ningún daño en el organismo del ser humano. “Todos estos procedimientos se analizan cuidadosamente para que sean exitosos, lo cual lleva tiempo: entre dos y seis semanas por cada uno, por lo que el tiempo estimado es de seis meses”, añadió López Vidal.
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